Eric
Philip Gordon es una de esas personas a las que la pandemia le ha quitado todo.
El estadounidense duerme en su furgoneta,
una SUV Ford Expedition, aparcada debajo de un puente en Houston (Texas), tras perder su empleo y su casa el
pasado mes de marzo, según recoge The Sun.
"Solíamos ver personas sin hogar y casi
se convirtió en un cliché", explica el hombre, que cuenta que "pasé
de una casa y un trabajo a 220 dólares. Ahora vivo
en mi auto debajo de un puente". "Estoy muy triste.
Estoy aislado. Estoy solo", confiesa.
Philip Gordon vive en una aldea
improvisada en la que muchas personas se encuentran en refugios
temporales y tiendas de campaña. Allí acuden otros ciudadanos
para ayudar a aquellos que no tienen hogar: "Mucha gente no comprende que
las personas menos afortunadas no son tan bendecidas como nosotros para
conducir y comer bien todos los días. Solo es una pequeña muestra
de agradecimiento por cómo vivo", afirma Sincere Phillips,
de 23 años.
"Necesitamos
apoyar a nuestros hermanos y hermanas. Esta es una forma de
decirles: 'Te amo, no solo cuando las cosas están bien", dice Pedro
Martínez sobre su labor.
Para Philip Gordon el gesto de
estos extraños es tan importante que no puede contener las lágrimas:
"Estoy hinchado porque he estado llorando durante las últimas tres horas
por la amabilidad y la maravilla de la gente de Houston. Cuando
no tienes nada, es difícil estar agradecido por algo",
señala.
El daño económico que ha
provocado la pandemia de coronavirus podría llegar hasta
los 16 billones de dólares en otoño de 2021, según estima el
Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Además, las cifras de
desempleados en Estados Unidos en el mes de octubre son desoladoras: 11,1
millones de personas no tienen trabajo, más del doble que en
febrero, antes de que llegara la pandemia.
Con casi 1,2 millones casos confirmados y
21.834 muertes, Texas es uno de los estados más afectados por
el virus en EE UU.
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